Los collares-ilekes- de Osha son objetos sagrados que permiten mantener la protección de los Oshas y Orishas cerca del iniciado para ampararlo y ayudarlo a transitar por la vida. Estos son para el que los recibe la principal representación, asociada a su cuerpo, de los Oshas y Orishas.

Los rituales para consagrar los collares como la ceremonia de entrega de los mismos deben ser realizados por los Oloshas. Esta ceremonia se llama Medio Asiento de Osha. Sólo los consagrados en Osha tienen el ashé para darles el poder místico que representan.

Cada Osha y Orisha tiene su collar pero al comenzar en la religión, generalmente se entregan cinco collares que representan a Eleguá, Obatalá, Yemayá, Shangó y Oshún. Estos se entregan en este orden y se reciben después de realizadas las ceremonias secretas para su consagración.

Normalmente la necesidad de que una persona reciba los collares de Osha es manifestada a través del sistema oracular de la religión y es por diferentes razones: para mejorar su salud, por protección, por una vocación espiritual que se va a desarrollar con el tiempo, porque la religión está en el camino de la persona la cual asentará Osha en el futuro, para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de la persona, entre otras razones.

La persona debe seleccionar a un Babalosha o a una Iyalosha responsable con el cual se va a unir espiritualmente bajo el vínculo de padrino o madrina-ahijado o ahijada.

Las ceremonias se realizan en un ambiente de tranquilidad y emotividad. Generalmente se efectúan en la casa del padrino o madrina y con la ayuda de la Oyugbona, quien es un Olosha que se desempeña como asistente en todo el ritual.

Ese día se realizan varios rituales que tienen la finalidad de preparar y armonizar los planos físico, mental y espiritual de la persona. Las ceremonias son realizadas por el padrino o la madrina y la Oyugbona. Para esta ceremonia se debe levantar un Obá para que la dirija y a varios Oloshas que sean testigos.

Se colocan uno a uno los collares al iniciado. El padrino o la madrina le explican las reglas que debe respetar el nuevo iniciado de una manera solemne. En ese momento se le aclara lo que debe o no debe hacer con los collares, además del significado del compromiso de respeto que debe tener hacia sus padrinos y hacia la religión.

Como se puede apreciar, una persona que no tenga las consagraciones debidas no puede poner los collares sagrados de Osha, que son la representación de los Oshas y los Orishas Lukumí o Yoruba. Los Oloshas son los herederos de estos antiguos secretos, por lo tanto, ni espiritistas, ni curanderos, ni el que hecha las cartas, ni espíritus posesionados, ni el que lee el tabaco, ni nadie que no sea Olosha, puede hacer ceremonias para poner los collares de los Oshas y los Orishas Lukumí. Los Babalawos no entregan los collares de asiento de Osha, sólo entregan los de los Orishas que son relativos a Ifá, como Orula, Osain, Orun, Oduduwa.

El collar de Eleguá está hecho con cuentas negras y rojas alternas cuya suma total debe ser múltiplo de 3; el de Obatalá con cuantas blancas solamente y deben ser múltiplo de 8 y en determinadas circunstancias estos tramos de 8 cuentas blancas se dividen por una cuenta que puede ser de color rojo, morado, verde entre otros; el de Yemayá es de siete cuentas de color azul y siete transparentes y los tramos deben ser múltiplo de 7; el de Shangó se confecciona con cuentas rojas y blancas alternas y la suma total de cuentas debe ser múltiplo de 6 y el de Oshún es de cinco cuentas color amarillas y cinco cuentas de color ámbar y los tramos deben ser múltiplo de 5. La medida de los collares debe ser desde el cuello hasta el ombligo. Los hombres usan los collares por dentro de la ropa y las mujeres los usan por fuera. En relación a Obatalá, Yemayá y Oshún sobre la base de lo explicado existe un gran número de variantes de collares, según los caminos específicos de cada Osha, los cuales se conocen después de haber asentado Osha.

Los collares de Osha son un fundamento sagrado de la religión Lukumí y merecen un profundo respeto, tanto al momento de recibirlos como en su uso cotidiano.

Las reglas que rigen la imposición y el uso de los collares de Osha se originan en la tradición Lukumí y estas no se pueden cambiar por capricho o desconocimiento.

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